Estaba tan cansada de estar aquí…, tenía millones de miedos infantiles que no podía evitar, pero inesperadamente apareciste tú.
Hubo un tiempo en el que parecía que jamás brillaría el sol para nosotros, en el que una parte de mí pensaba que tenías y debías de irte, de acabar con todo, y muchas veces he deseado que te fueras y punto, aunque sabía que tu presencia nunca me dejaría sola.
Tenía tantas heridas que parecían no poder cicatrizar..., un dolor que para mí era demasiado real, pero no importaba, porque detrás de todo aquello estabas tú.
Y hoy quiero que sepas que cada vez que llores ahí estaré yo para secar tus lágrimas, que cuando lo necesites ahí estaré yo para acabar con todos tus miedos.
Sostendré tu mano durante toda la vida que me queda porque..., qué otra cosa puedo hacer cuando eras tú el que llenaba mis noches y dias de sueños de los que no quería despertar jamás. Aparecías en todas partes y tu sonrisa acabó con toda la cordura que me quedaba.
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